Homo legerementum
O mindreader. Es la nueva especie humana en la escala evolutiva. Surgieron como raza en algún momento de la historia, y su ADN se mezcló con el de unos animales que poseían antenas receptoras para comunicarse a través de frecuencias cerebrales, llamados “mícrados” (una especie de murciélago ya extinta).
El resultado fueron seres humanos con cuernos en el cráneo en cuyo interior hay tejido cerebral conectado con el subconsciente, que es el que emite y recibe ondas cerebrales de otras personas. La forma de los cuernos es variable en cada individuo, al igual que el color, pero sólo se encuentran, mayoritariamente, en la parte posterior de la cabeza, pudiendo extenderse por el resto de la cabeza o por la nuca. Mayormente la base de cada cuerno es cartílago y tejido óseo que sale de la piel desde la parte de atrás del cráneo (justo sobre la nuca) y que envuelve las fibras nerviosas receptoras y emisoras del pensamiento. Son frágiles, no sirven ni por asomo para atacar. Si un mindreader sufre el quiebre de un cuerno (o cuernos), pierde por completo sus capacidades telequinéticas y telepáticas, y al mismo tiempo, queda "silenciado" para todos los demás. El bulbo culpable de la telequinesis y la telepatía está situado entre las dos mitades del lóbulo occipital. Tiene tres ramificaciones: las fibras emisoras y receptoras que van y vienen de los cuernos; el nervio que conecta el bulbo con el sistema límbico y la corteza de asociación cerebral; y un tercer nervio que baja por el esternocleidomastoideo, conectando el riego sanguíneo directamente a los pulmones y al corazón, para que esa zona tenga más oxígeno disponible. Eso explica también "por qué piensan tan rápido".
Las sociedades grandes forman una “mente colectiva” (omnisciens) que todo lo ve, todo lo sabe, y es la que impone el orden en las ciudades. En cuanto alguien se “sale” del pensamiento colectivo, se provoca una reacción en cadena que hace que automáticamente la “mente colectiva” lo sepa, y por ende, las autoridades se encargan del “infractor”, ya que pensar de forma individualista está penado por la ley. Ellos mismos terminaron con los seres humanos en cuanto crecieron en número, porque los consideraban una infección de seres imperfectos e insaciables, demasiado imprevisibles, incapaces de sumarse a la “mente colectiva”. Ahora son la raza dominante del planeta, y están a su vez dominados por ese pensamiento global. No hay líderes ni reyes, sólo ese ser invisible llamado omnisciens. Un mindreader nace y vive sabiendo desde que tiene concepto de existencia a qué tiene que dedicarse, cuál va a ser su destino, y que lugar tendrá que ocupar en su sociedad; ya que así lo dispone la "mente colectiva" (si habéis visto Equilibrium, o habéis leído Un Mundo Feliz, sabéis a qué me refiero). No os penséis que los que viven con menos lujos son más infelices: lo son porque no ambicionan lo que no se merecen o no necesitan.
La capacidad de telepatía de un mindreader generalmente se extiende hasta unos diez metros. Pero gracias al omnisciens pueden usar a otros de su raza como "puente", y pueden saber qué es lo que piensa otro mindreader al otro lado de la ciudad. De la misma manera, si varios mindreaders concentran su telepatía en el mismo punto u objetivo, se vuelven considerablemente más poderosos que si intentan realizar la misma proeza de manera individual.
La capacidad de telepatía de un mindreader generalmente se extiende hasta unos diez metros. Pero gracias al omnisciens pueden usar a otros de su raza como "puente", y pueden saber qué es lo que piensa otro mindreader al otro lado de la ciudad. De la misma manera, si varios mindreaders concentran su telepatía en el mismo punto u objetivo, se vuelven considerablemente más poderosos que si intentan realizar la misma proeza de manera individual.
Para los cánones humanos, son tan hermosos como extraños. No tienen cejas, ni orejas (algunos tienen como amplificadores de señal para mejorar la recepción de ondas); y los músculos del cuello están hipermarcados. Son gráciles, altos, muy delgados (ya que nunca se esfuerzan físicamente más de lo necesario), de piel fina. Parecen los típicos clichés de muñecos de porcelana, eso sí, con cuernos de todo tipo... Son atrayentes más allá de su físico, tal vez sea por el "aura" que proyectan y reciben. No obstante, los investigadores cuando los estudiaron los calificaron como "fríos" y "asociales", ya que apenas varían su expresión facial y no generaban muestras de conducta social (en Fringe, los calvitos llamados "observadores" actúan un poco de esta forma, en ese rollo autómata y casi robótico, con una espontaneidad prácticamente nula). No hacen gestos, no hablan si no lo consideran estrictamente necesario. Han llegado a realentizar el reflejo del pestañeo. Es algo lógico, si tenemos en cuenta que son una especie que se comunica directamente con la mente, ya que todo el intercambio social ocurre dentro de la "mente colectiva". De hecho, los mindreaders tienden a relacionarse con aquellos con los que sus ondas neuronales están más en sintonía, lo cual también se aplica a la hora de encontrar pareja. Sin embargo, su capacidad de afecto y de expresión emocional es muy poco potente, y lo es aún menos cuanto más tiempo están ligados a la "mente colectiva".
De hecho, si se les separa de la mente colectiva, sufren grandes niveles de ansiedad, nerviosismo, estrés o miedo; y pueden caer en un estado de soledad crónica o depresión. Muchos no aguantan su sentimiento de "aislamiento", y acaban suicidándose. Es muy difícil que un mindreader que se ha criado bajo la influencia del omniciens logre sobrevivir aislado de él.
Se emparejan de por vida, y tienen como mucho un hijo por familia, ya que esta raza reparte y distribuye los recursos equitativamente, y controla muy exhaustivamente sus niveles demográficos. Incluso la comida: generan menos residuos que los humanos, porque comen menos cantidad de cosas. Se alimentan de lo necesario, y en cosas mayormente dulces para proporcionarle altos niveles de glucosa al cerebro. Todo es de origen vegetal o sintético, nada es animal. En ese sentido respetan mucho el equilibrio natural de las cosas, (hasta el punto en el que apenas van a al baño). Su único problema como sociedad es la cotaminación que genera la necesidad de energía de sus megaciudades.
Duermen una media de 4 o 5 horas diarias, y sueñan. Viven un máximo de 50 años, y envejecen despacio (debido a su dieta y a su modo de vida).
Tienen poca identidad social o concepto del auto-yo, ya que al vivir conectados a todo el mundo a todas horas, pierden el concepto de su propia existencia como mente individual. No obstante, tienen una amplia capacidad objetiva y del autocontrol.
Homo ciborg
O simplemente “ciborgs”. Humanoides mitad bio, mitad máquina. Desde fuera, sería difícil distinguir a un ciborg de un mindreader si no fuera por los cuernos; porque se mueven igual, con el mismo automatismo silencioso y la misma precisión matemática. No obstante, los ciborgs, a pesar de parecer más humanos que los propios mindreaders; no lo son. Físicamente son demasiado perfectos y simétricos, demasiado estáticos, aunque parezcan perfectamente orgánicos. Algunos tienen el pelo y los ojos de colores orgánicamente imposibles. Muchos diseños muestran los circuitos a través de la piel, o fuera de ella, o sencillamente no poseen revestimiento cutáneo.
No tienen género ni aparatos genitales, (al menos que sea un muñeco sexual, pero en este caso son seres estériles) y no copulan entre ellos porque no pueden tener descendencia; suelen ser andróginos sin la carcasa, aunque se les de forma masculina o femenina para hacerlos más "naturales". Por lo demás, respiran, comen y duermen, pero no sueñan. Se rompen y sangran, ya que sus fluidos son también una mezcla orgánica y tecnológica. Tienen funciones de auto-reconstrucción, programas de aprendizaje avanzado y complejas IAs que pueden llegar a parecer muy reales. Se rigen por las tres leyes modificadas de la robótica:
1 - Un ciborg no dañará nunca a una persona, ni permitirá que una persona sufra daño.
2 - Un ciborg está obligado a obedecer a una persona siempre y cuando la orden no contradiga la primera ley.
3 - Un ciborg puede defenderse a sí mismo siempre y cuando en el proceso no transgreda las dos primeras leyes.
Los mindreaders desarrollan en masa a los ciborgs para que les ayuden en sus trabajos y en la vida diaria; como “sirvientes obligados”, (al estilo Yo Robot). Son los únicos que tienen permiso para ir a los niveles de myst-floor, ya que como no respiran no se ven afectados por los niveles de toxicidad. Además sus componentes están especialmente sellados para resistir altos niveles de radiación. Ellos limpian, mantienen, cuidan y arreglan la ciudad, desde sus cimientos hasta los niveles más altos del skyworld.
Los mindreaders no pueden leer la mente de un ciborg, porque sus ondas cerebrales vibran en una frecuencia demasiado alta para que las perciban. Esto les da cierta ventaja, por esa razón el cuerpo de seguridad de las sociedades de los mindreaders está mayormente formado por ciborgs especializados en lucha, búsqueda y captura de aquellos que se salen del omnisciens: porque al no poder leer la mente del cyborg, no pueden escapar ni adelantarse a sus movimientos. Además, aunque pudieran leerles los circuitos, seguramente no los encontrarían muy interesantes: los ciborgs no piensan más allá de su programación la mayor parte del tiempo. Hacen su trabajo, y listo. En teoría tienen poca o nula capacidad creativa. Pero a fuer de ser sinceros, no se sabe hasta qué punto esto es cierto. Los ciborgs pueden conectarse a través de cables a la red cibernética, y algunos pueden conectarse a internet de manera inalámbrica (Chobits, ¿os suena?). De algún modo, los ciborgs han desarrollado una especie de "mente colectiva" propia dentro del mundo virtual, pero a diferencia de los mindreaders, ellos si tienen conciencia de sí mismos como individuos. Algunos desarrollan incluso emociones, y llegan a sentir apego y aprecio; o a valorar conceptos abstractos como la belleza, el rechazo o la curiosidad. Por supuesto estas anomalías se consideran errores de sistema, y estos ciborgs son formateados o destruidos cuando se da parte de algún tipo de conducta no implícita en su codificación.
La posibilidad de que un ciborg no obedezca a su programación es de menos del 1%. Y aún así, es sorprendente la cantidad de veces que esto ocurre en la comunidad cibernética. De hecho, de la misma manera que el cuerpo de seguridad se encarga de que nadie se salga de los parámetros del omnisciens, también se encarga de que los ciborgs no violen su código de programación o se desconecten de la red.
O simplemente “ciborgs”. Humanoides mitad bio, mitad máquina. Desde fuera, sería difícil distinguir a un ciborg de un mindreader si no fuera por los cuernos; porque se mueven igual, con el mismo automatismo silencioso y la misma precisión matemática. No obstante, los ciborgs, a pesar de parecer más humanos que los propios mindreaders; no lo son. Físicamente son demasiado perfectos y simétricos, demasiado estáticos, aunque parezcan perfectamente orgánicos. Algunos tienen el pelo y los ojos de colores orgánicamente imposibles. Muchos diseños muestran los circuitos a través de la piel, o fuera de ella, o sencillamente no poseen revestimiento cutáneo.
No tienen género ni aparatos genitales, (al menos que sea un muñeco sexual, pero en este caso son seres estériles) y no copulan entre ellos porque no pueden tener descendencia; suelen ser andróginos sin la carcasa, aunque se les de forma masculina o femenina para hacerlos más "naturales". Por lo demás, respiran, comen y duermen, pero no sueñan. Se rompen y sangran, ya que sus fluidos son también una mezcla orgánica y tecnológica. Tienen funciones de auto-reconstrucción, programas de aprendizaje avanzado y complejas IAs que pueden llegar a parecer muy reales. Se rigen por las tres leyes modificadas de la robótica:
1 - Un ciborg no dañará nunca a una persona, ni permitirá que una persona sufra daño.
2 - Un ciborg está obligado a obedecer a una persona siempre y cuando la orden no contradiga la primera ley.
3 - Un ciborg puede defenderse a sí mismo siempre y cuando en el proceso no transgreda las dos primeras leyes.
Los mindreaders desarrollan en masa a los ciborgs para que les ayuden en sus trabajos y en la vida diaria; como “sirvientes obligados”, (al estilo Yo Robot). Son los únicos que tienen permiso para ir a los niveles de myst-floor, ya que como no respiran no se ven afectados por los niveles de toxicidad. Además sus componentes están especialmente sellados para resistir altos niveles de radiación. Ellos limpian, mantienen, cuidan y arreglan la ciudad, desde sus cimientos hasta los niveles más altos del skyworld.
Los mindreaders no pueden leer la mente de un ciborg, porque sus ondas cerebrales vibran en una frecuencia demasiado alta para que las perciban. Esto les da cierta ventaja, por esa razón el cuerpo de seguridad de las sociedades de los mindreaders está mayormente formado por ciborgs especializados en lucha, búsqueda y captura de aquellos que se salen del omnisciens: porque al no poder leer la mente del cyborg, no pueden escapar ni adelantarse a sus movimientos. Además, aunque pudieran leerles los circuitos, seguramente no los encontrarían muy interesantes: los ciborgs no piensan más allá de su programación la mayor parte del tiempo. Hacen su trabajo, y listo. En teoría tienen poca o nula capacidad creativa. Pero a fuer de ser sinceros, no se sabe hasta qué punto esto es cierto. Los ciborgs pueden conectarse a través de cables a la red cibernética, y algunos pueden conectarse a internet de manera inalámbrica (Chobits, ¿os suena?). De algún modo, los ciborgs han desarrollado una especie de "mente colectiva" propia dentro del mundo virtual, pero a diferencia de los mindreaders, ellos si tienen conciencia de sí mismos como individuos. Algunos desarrollan incluso emociones, y llegan a sentir apego y aprecio; o a valorar conceptos abstractos como la belleza, el rechazo o la curiosidad. Por supuesto estas anomalías se consideran errores de sistema, y estos ciborgs son formateados o destruidos cuando se da parte de algún tipo de conducta no implícita en su codificación.
La posibilidad de que un ciborg no obedezca a su programación es de menos del 1%. Y aún así, es sorprendente la cantidad de veces que esto ocurre en la comunidad cibernética. De hecho, de la misma manera que el cuerpo de seguridad se encarga de que nadie se salga de los parámetros del omnisciens, también se encarga de que los ciborgs no violen su código de programación o se desconecten de la red.
Homo mutaeris
O simplemente “mutantes”. Son una subespecie de humanoides que surgieron por los experimentos fallidos que ocurrieron antes de la creación de los mindreaders. En sus inicios, ayudaron activamente a la extinción de los humanos puros. Unos dicen que fue por odio y venganza; y otros porque los mindreaders les influyeron a través de la "mente colectiva" para manipularlos y utilizarlos como peones para poder "cazar" a sus creadores. Si fue porque les controlaron la mente o porque decidieron participar activamente en el proceso, las razones de por qué los mutantes se sumaron a la lucha siguen sin estar claras. Lo que sí se sabe es que no son inmunes a la telepatía de un mindreader.
Físicamente son seres humanos que poseen características de otros animales. Son cambios sutiles y anatómicos, en la mayor parte de los casos puramente estéticos: plumas en vez de pelo, alas en vez de brazos, ojos de gato, colas, manchas o rayas en la piel, escamas... Algunas veces los cambios son hermosos y delicados, y otras pueden generar monstruosidades bastante escalofriantes. Lo interesante es que algunos mutantes han desarrollados capacidades y sentidos relacionados con el animal de su mutación. Por ejemplo, un mutante de caballo correrá más rápido, uno de oso será más fuerte, y uno de halcón verá mejor y a más distancia... Otros desarrollan cuernos, dientes y garras que usan para el combate. Pero como digo, la forma es primordialmente humanoide con ciertos toques salvajes.
Los mutantes viven en comunidades dispersas, no demasiado grandes para no ser fácilmente detectables; pero sí los suficientemente grandes como para defenderse. Dentro de cada comunidad suele haber mutantes de muchos tipos, y hay un sentimiento generalizado de deber, honor y hermandad. Rechazan la tecnología, valoran todo lo puramente orgánico, y viven en los oasis perennes, o son nómadas del páramo. No se acercan a las ciudades por dos razones principales: primero porque escasea la comida y los seres cercanos a las urbes son prácticamente incomestibles; y segundo porque algunos mindreaders capturan a los mutantes físicamente más bellos como animales de compañía, y cuando se cansan de ellos sencillamente los matan. Sus costumbres son tribales, y mantienen creencias religiosas. Su forma de vida es casi medieval (imaginemos una especie de mezcla entre una cultura árabe y asiática de hace más de mil años), pero son bastante felices así. Lo normal es que cada pequeña tribu adore a un tótem o espíritu protector, y en cada tribu el tótem es diferente. Algunas comunidades más grandes que se han asentado en los oasis si han desarrollado cierta tecnología mecánica (steampunk), pero no permiten que la tecnología les domine a ellos o a su forma de vida.
Los mutantes mantienen muy alto el concepto de lealtad. No les gustan nada los traidores ni aquellos que prefieren una cadena en una ciudad a la libertad de sus instintos y el cariño de su pueblo. Como guerreros son fieros y valientes, y están dispuestos a darlo todo para proteger a los suyos o para caer con honor. También son muy territoriales, tanto que en ocasiones atacan convoys aéreos o boicotean las canteras que empiezan a excavar o a buscar recursos en sus dominios.
Tanto mamíferos como insectos, peces, aves… Todas son iguales a los que podemos encontrar en la Tierra, más orgánicos cuanto más lejos de las ciudades están. La úncia especie extraña fueron los mícrados, unos murciélagos con cuernos a partir de cuyo ADN se consiguió crear a los mindreaders. Y a estas alturas, esta especie está extinta.
Cuanto más cerca de las ciudades, más medio ciborgs son los animales que prueblan los pocos lugares habitables que quedan, ya que en el desierto la fauna y la flora son más bien escasas. De hecho, esto es algo que sólo ocurre con las formas de vida animal, pues no pasa con los vegetales. A qué se debe esta adición gradual de circuitos en vez de órganos es a día de hoy un auténtico misterio.
Dentro de las ciudades, las mascotas típicas, como caballos, perros o gatos; son prácticamente ciborgs y tienen sistemas de IA, y pueden hasta hablar.
O simplemente “mutantes”. Son una subespecie de humanoides que surgieron por los experimentos fallidos que ocurrieron antes de la creación de los mindreaders. En sus inicios, ayudaron activamente a la extinción de los humanos puros. Unos dicen que fue por odio y venganza; y otros porque los mindreaders les influyeron a través de la "mente colectiva" para manipularlos y utilizarlos como peones para poder "cazar" a sus creadores. Si fue porque les controlaron la mente o porque decidieron participar activamente en el proceso, las razones de por qué los mutantes se sumaron a la lucha siguen sin estar claras. Lo que sí se sabe es que no son inmunes a la telepatía de un mindreader.
Físicamente son seres humanos que poseen características de otros animales. Son cambios sutiles y anatómicos, en la mayor parte de los casos puramente estéticos: plumas en vez de pelo, alas en vez de brazos, ojos de gato, colas, manchas o rayas en la piel, escamas... Algunas veces los cambios son hermosos y delicados, y otras pueden generar monstruosidades bastante escalofriantes. Lo interesante es que algunos mutantes han desarrollados capacidades y sentidos relacionados con el animal de su mutación. Por ejemplo, un mutante de caballo correrá más rápido, uno de oso será más fuerte, y uno de halcón verá mejor y a más distancia... Otros desarrollan cuernos, dientes y garras que usan para el combate. Pero como digo, la forma es primordialmente humanoide con ciertos toques salvajes.
Los mutantes viven en comunidades dispersas, no demasiado grandes para no ser fácilmente detectables; pero sí los suficientemente grandes como para defenderse. Dentro de cada comunidad suele haber mutantes de muchos tipos, y hay un sentimiento generalizado de deber, honor y hermandad. Rechazan la tecnología, valoran todo lo puramente orgánico, y viven en los oasis perennes, o son nómadas del páramo. No se acercan a las ciudades por dos razones principales: primero porque escasea la comida y los seres cercanos a las urbes son prácticamente incomestibles; y segundo porque algunos mindreaders capturan a los mutantes físicamente más bellos como animales de compañía, y cuando se cansan de ellos sencillamente los matan. Sus costumbres son tribales, y mantienen creencias religiosas. Su forma de vida es casi medieval (imaginemos una especie de mezcla entre una cultura árabe y asiática de hace más de mil años), pero son bastante felices así. Lo normal es que cada pequeña tribu adore a un tótem o espíritu protector, y en cada tribu el tótem es diferente. Algunas comunidades más grandes que se han asentado en los oasis si han desarrollado cierta tecnología mecánica (steampunk), pero no permiten que la tecnología les domine a ellos o a su forma de vida.
Los mutantes mantienen muy alto el concepto de lealtad. No les gustan nada los traidores ni aquellos que prefieren una cadena en una ciudad a la libertad de sus instintos y el cariño de su pueblo. Como guerreros son fieros y valientes, y están dispuestos a darlo todo para proteger a los suyos o para caer con honor. También son muy territoriales, tanto que en ocasiones atacan convoys aéreos o boicotean las canteras que empiezan a excavar o a buscar recursos en sus dominios.
Homo sapiens
O “humanos puros”. Se cree que esta raza está extinta en Yuranos. Fueron perseguidos por su propia creación, los mindreaders, y ejecutados por el odio que los mutantes desarrollaron hacia ellos.
La verdad es que los seres humanos tenían una forma de vida muy similar a la de los mindreaders en el momento actual. Estaban en el cúlmen de su civilización y en la edad dorada de sus logros y sus creaciones. Con la diferencia de que malgastaban y derrochaban más, y sus niveles de contaminación en las ciudades antiguas, de las cuales hoy en día no quedan más que ruinas desérticas; eran tan altos que tenían que salir de los edificios con máscaras de gas porque volvieron el aire irrespirable.
Muchos de los avances tecnológicos que tienen los mindreaders en su sociedad se han basado en los propios avances que los humanos les enseñaron. No en vano descienden de ellos, y fueron sus padres, maestros y creadores. La humanidad esta íntimamente ligada a los propios mindreaders, o al menos lo estaba, hasta que éstos decidieron exterminarlos por el bien del equilibrio natural. Nadie puede negar que los mindreaders "arreglaron" en parte el destrozo que sus creadores estaban provocando. Pero si aquel objetivo mereció semejante coste, es algo que aún hoy muchos se preguntan.
Los humanos no sólo han desaparecido prácticamente como raza, sino también como cultura. Los mindreaders lo adaptaron prácticamente todo a su sociedad, desde su tecnología, sus conocimientos y sus megaciudades hasta parte de su historia. Lo que no pudieron adaptar, lo eliminaron o lo borraron del mapa. A estas alturas, se hablar de los seres humanos como nosotros hablamos aquí de las amebas del caldo primigenio: como seres demasiado primitivos y simples como para tenerles seriamente en cuenta.
Lo más curioso de los humanos es que, aunque fueran susceptibles de sufrir el control mental de un mindreader, los humanos fueron los únicos que demostraron que podían bloquar su mente con fuerza de voluntad. De hecho, los rumores hablan de que la verdadera razón de su exterminio por parte de los mindreaders fue la envidia. El ver sujetos que podían tener su propia identidad social y su propia identidad al margen de la "mente colectiva", era algo que no entendían pero que deseaban. Tal vez por eso la "mente colectiva" decidió que la humanidad era una mala influencia y declaró que lo más lógico era eliminarlos. Pero de nuevo, esto no es más que un rumor latente que nadie comenta.
Estos fantasmas del pasado moran ahora tan sólo en los libros de historia y en algunos museos de las megaciudades. O al menos, eso es lo que todo el mundo quiere pensar.
Otras especiesLa verdad es que los seres humanos tenían una forma de vida muy similar a la de los mindreaders en el momento actual. Estaban en el cúlmen de su civilización y en la edad dorada de sus logros y sus creaciones. Con la diferencia de que malgastaban y derrochaban más, y sus niveles de contaminación en las ciudades antiguas, de las cuales hoy en día no quedan más que ruinas desérticas; eran tan altos que tenían que salir de los edificios con máscaras de gas porque volvieron el aire irrespirable.
Muchos de los avances tecnológicos que tienen los mindreaders en su sociedad se han basado en los propios avances que los humanos les enseñaron. No en vano descienden de ellos, y fueron sus padres, maestros y creadores. La humanidad esta íntimamente ligada a los propios mindreaders, o al menos lo estaba, hasta que éstos decidieron exterminarlos por el bien del equilibrio natural. Nadie puede negar que los mindreaders "arreglaron" en parte el destrozo que sus creadores estaban provocando. Pero si aquel objetivo mereció semejante coste, es algo que aún hoy muchos se preguntan.
Los humanos no sólo han desaparecido prácticamente como raza, sino también como cultura. Los mindreaders lo adaptaron prácticamente todo a su sociedad, desde su tecnología, sus conocimientos y sus megaciudades hasta parte de su historia. Lo que no pudieron adaptar, lo eliminaron o lo borraron del mapa. A estas alturas, se hablar de los seres humanos como nosotros hablamos aquí de las amebas del caldo primigenio: como seres demasiado primitivos y simples como para tenerles seriamente en cuenta.
Lo más curioso de los humanos es que, aunque fueran susceptibles de sufrir el control mental de un mindreader, los humanos fueron los únicos que demostraron que podían bloquar su mente con fuerza de voluntad. De hecho, los rumores hablan de que la verdadera razón de su exterminio por parte de los mindreaders fue la envidia. El ver sujetos que podían tener su propia identidad social y su propia identidad al margen de la "mente colectiva", era algo que no entendían pero que deseaban. Tal vez por eso la "mente colectiva" decidió que la humanidad era una mala influencia y declaró que lo más lógico era eliminarlos. Pero de nuevo, esto no es más que un rumor latente que nadie comenta.
Estos fantasmas del pasado moran ahora tan sólo en los libros de historia y en algunos museos de las megaciudades. O al menos, eso es lo que todo el mundo quiere pensar.
Tanto mamíferos como insectos, peces, aves… Todas son iguales a los que podemos encontrar en la Tierra, más orgánicos cuanto más lejos de las ciudades están. La úncia especie extraña fueron los mícrados, unos murciélagos con cuernos a partir de cuyo ADN se consiguió crear a los mindreaders. Y a estas alturas, esta especie está extinta.
Cuanto más cerca de las ciudades, más medio ciborgs son los animales que prueblan los pocos lugares habitables que quedan, ya que en el desierto la fauna y la flora son más bien escasas. De hecho, esto es algo que sólo ocurre con las formas de vida animal, pues no pasa con los vegetales. A qué se debe esta adición gradual de circuitos en vez de órganos es a día de hoy un auténtico misterio.
Dentro de las ciudades, las mascotas típicas, como caballos, perros o gatos; son prácticamente ciborgs y tienen sistemas de IA, y pueden hasta hablar.
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